Y llego a casa. Y me corroe la duda de si la mayoría de seres humanos se han planteado alguna vez en su vida si son personas equilibradas, con la balanza de amor/odio en su sitio; o si por el contrario, vence hacia algún lado. ¿Por qué nos da tanto miedo reconocer ambos sentimientos? Negar el odio y negar el amor es negar una parte de nosotros mismos, y esta negación es de necios. Yo acepto mis odios y mis amores hacia las cosas y/o personas. Y quizás sea eso por lo que comprender a los demás se me hace difícil, y a veces me cuesta hasta intentarlo.
Creo que la humanidad es sólo un atajo de putas y cabrones que buscan un héroe que les salve; un intermediario que les haga evitar esas verdades que no quieren reconocer. Podría sentarme a razonar mi odio, pero no quiero, consideradme un crimen. Y sí, admito que hay veces en las que, simplemente, me da por cagarme en los muertos de todo el mundo por ser un crimen; puede que el mayor crimen de la puta existencia.
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