domingo

missin' you...

Miramos las manchas de barro que nosotros mismos provocamos mientras compartimos el humo de barros más cotizados. La gente que nunca llegará a ser personas pasa por debajo de la ventana, junto a los chillidos de los semáforos en verde para los peatones. A veces parece que los ladridos de los perros resuenan más alto que los de sus dueños. Una noche de esas cuando estamos juntos, una noche que queramos o no, siempre se acaba haciendo de día, una noche de las que no paramos de hablar de heridas, aunque sepamos los dos que algunas no se cierran; ambos sabemos que cuando las mentes se desabrochan, todo se alivia. Una noche de esas en las que me contagio de tus ojos y nos desatamos, nos atamos y nos volvemos a desatar. Una noche como si fuera de tarde, de tarde personificando personas y convirtiendo vómitos en versos, aunque sepamos sin aclarárnoslo que nunca habrá en realidad personas y que los vómitos de cualquiera no llegarán a versos en la vida. Por más que veamos luz en cualquier sitio la encarcelamos en cualquier hueso, en cualquier beso...


Necesito una noche de esas; en las que, irremediablemente, me acabo  diciendo:
”O estoy muy colocada o es que se respira mejor cuando él está cerca.”


vuelve pronto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario